UNA SOMBRA EN EL SUELO
Era esbelto, bien puesto,
en las alfombras bordaba
margaritas de hojas blancas
y en las almas trajes de confianza
del que da, sin pedir el cambio.
Era esbelto, bien puesto,
salpicaba humor sano,
amigo del sol y la lluvia,
resistía la adversidad del viento
con lecciones de paz y amor,
sacristán de las cosas de Dios.
Una nube con capucha oscura
desenvainó un rayo blanco
con filo de sable largo,
en el suelo una sombra
quieta, con un charco rojo.
Extremista de odio,
mano ligera, mente cerrada,
del chopo cortado crecen
en vez de uno, cientos de retoños.
Cien brazos de esgrima
copan pasos de vacío a lleno,
al corazón flechas de cordura,
luz cálida tras los cristales.
En el valle crecen rosas
y nombres en las rocas,
tallados méritos, huellas grabadas
de asfaltar caminos
del que fue caminante
de enseñar caminos.
Óleo 60X60 y poema de
José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)
No hay comentarios:
Publicar un comentario