Rincón del poeta


VISTAS ENCARADAS

Con aspecto bien encarado

se apilan de abajo a lo alto

vistas de perfil o encaradas.

De iguales corbata y manga,

frente a frente se hacen frente

a dificultades tenidas enfrente.

En una torre de naipes elevada  


juegan como sea a la carta alta

esté en las nubes o enterrada.

Aun de perfil o a cara descarada

a veces corrigen lavando la cara

no desmorone la torre en alza.

Con muleta se torea al toro,

con gafas de sol vistas de enojo,

por si en traspiés estallase el ojo.

Unas flores de alfombra se decide,

olor, tacto, belleza que pacifique

y el encaro,  en acuerdo termine.

Óleo 60X60 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual


IRADAS DE FUEGO,

MIRADAS DE CALMA

Entre actitud de supremacía

o en ambiente relajado

una misma palabra ofende

o en confianza amiga se tolera.

Toparse ante miradas en frente

con desprecio, guasa hiriente,

chantaje chapucero de chanza,

el fuego esparcido altera

y la autoestima se revela.

Sentir de cerca una brasa,

sin huida intimida,


incendia pensamientos,

enrojece, hierve la sangre.

Parece buena persona,

mirada de confianza,

gesto atento, tono dulce,

el corazón a ritmo acompasado.

Miradas de fuego o de calma

distinto fruncido de frente,

distinto relajado de cara,

distinto resultado de magia.

Hoy parece un día tranquilo,

se acerca una gracia al oído,

surgen cómplices de sonrisa,

placentera queda la compañía.

Las miradas ven dentro

de cada uno el sentimiento,

como flor abierta que enseña

su intención más sincera.

Óleo 60X60 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)

A LAS ESPALDAS

A toque de campana,

a boca de gallo valiente,

a toque intransigente

un leño antes árbol acaba

a espaldas de incauta gente.

Entre leño y espalda               

una tela de araña

se aburre empolvada,

no hay boca de tío

que grite entre el gentío

ni ciempiés en auxilio.

Un perro de lazarillo,

una alfombra con ojos de pena,

caída del cielo una cometa

hacen de resignado piso

el paso de peso abatido.

En un descanso del camino

el leño se apoya en tierra,

desarrolla raíces, brotes las ramas,

a la sombra casa y cama

donde el sufrido descansa

su espalda de curvada,

sin cruz, por fin enderezada.

Caridad, regalos en trineo,

pan y agua llovida del cielo

a gritos anuncia un ciervo,

a veces de la vida me quejo

otras, a ser feliz juego.                                                 Óleo 60X60 y poema de

                                                                           José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)                                

CURVAS ENCUADRADAS

En el trayecto curvado

de las agujas de un reloj

sus cuatro cuartos cuadran

a golpe de dientes cuadrados

de una esfera redonda.

Vueltas diarias apretadas

comida, trabajo, descanso,

deseo, beso, amor, beso,

rutina, adiós, nos vemos luego,

que todo encuadre perfecto

en la lista de la memoria.

De nacer a morir,

de polvo a polvo,

la curva de la vida

encuadra en el libro

de cada historia propia.

Dentro de mis esquemas

entiendo, comprendo, apoyo,

si oposición, opuesto el concepto,

guerra de palabras, almenas cuadradas,

rayas rojas, el mundo cuadrado

rígido no avanza.

Las piedras de río,

de aristas a maleables,

se adaptan al roce,

beso, amor, beso

en una cama cuadrada.

El día, noche, día se encuadra

en cabezas redondas, donde

el cabello mojado es liso,

ondulado con seca pelos a tope.

Una imagen cuadrada captada

con un objetivo redondo,

ideas encuadradas de pensamiento

en unos ojos redondos adaptados

a las curvas musicales de batuta,

concierto orquestado de cada vida

encuadrado en unos años concretos

dentro de la expansión curvada del universo.         Óleo 60X60 y poema de

                                       José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)


CONFLICTOS DE IMAGEN

Lo ideal conviene,

la actitud, ropa, presencia

según el momento,

la circunstancia, la edad, el día.

Hoy sonrío, desbordo alegría,

qué optimista, aplauso de boca

recibo, la satisfacción me alaga,

toca sembrar en  tierra fértil.

En días de lluvia, calamidad, frío

arropada la imagen, solapas subidas,

frente arrugada, dientes prietos,

barro en los pies, que no haya fotos,

improcedente, desgaste de imagen.

En un amplio vestuario la duda,

hoy de blanco, azul, rojo,

entretiempo, corto, largo

conflictos de imagen,

de serio estricto o de gozo expresivo.

Aunque la cara se maquille de gala

se trasparenta el sentimiento interior

a la corta o a la larga,

en escenarios de calle

o ante uno mismo

reflexionando a solas,

sin público, al que exponer figura,

ante los ojos, silenciosos,

confidentes, íntimos, sinceros

entre sábanas blancas de casa.


 

Óleo 60X60 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)







ENCANTOS DEL ENTENDIMIENTO

El intelecto no tiene cara,

ni cuerpo de horrible a hermoso,

es una flecha invisible lanzada

desde el  arco de los sentidos,

adaptada a las manos del arquero.

Viajero que abre sendas

a tientas, luz tenue de vela

con claros entre espesuras

y manchas sombrías  sin sentido.

El pensamiento razona

la voluntad decide,

el sentido común corrige,

en procesión desfilan vueltas,

círculo espiral que desprecia

tapones de botella y las sobras

residuos al cesto de papelera.

Cuando por fin salta de abstracta

a imagen que rasga el aire

se colman las celdas de vacío a llenas

y entra en juego

el encanto del entendimiento,

contempla, disfruta, le gusta,

se deleita en el hallazgo

entre nubes claros, vino depurado

de filosofías sabias,

duendes de andar por casa

con ojos de asombro y bata blanca.


 

Óleo 60X60 y poema de

José Mª Fdez. Lozano (Arte conceptual)

 

















IDEAS AL FUEGO

Frente al fogón del hogar,

a llamas encendidas de rojo

arrojo pensamientos inútiles,

caducos deseos deshechos,

proyectos rotos en el tiempo.

El fuego de quemar ideas

espera encendido, comprende,

acoge con manos abiertas

pasados apetitos sobrantes,

despechos venidos a menos.

Pensaba hacer tantas cosas,

casi todas para el día siguiente,

en otra ocasión más calmada,

exceso de optimismo ingenuo,

engaño que uno mismo cree.

Mis previstos sin decir nada

humo blanco de esperanza

se desentienden disueltos

en alientos deformes alejados 

agonizantes en un ocaso de cielo.

Errantes, perdidos vagan

ilusiones sin dueño,

hojas al viento sin árbol,

lejos nómadas del alma

con despedida sin retorno.

Bajo las cenizas rescoldos ,

recapacito, rebobino hilos 

reviven distintos enfoques

ideas nómadas van y vienen

de negro a sombras claras.

Descartado hoy, quién sabe

si empeñar un nuevo intento

mañana sirve puesto al día

mientras se mantenga lejos

del fuego de quemar deseos.

                           Óleo 60X60 y poema de

José Mª Fdez. Lozano (Arte conceptual)

GUERRAS DEL HAMBRE

Se desenvolvían en el ultramar,

húmedo color profundo,

entre abrazos de algas,

arenas desgastadas blancas,

y escondrijos a la vista velados.

En sus ojos redondos vivos 

luz abierta en panorama,

contracción rítmica pausada

de amigo confiado en su salsa.

En tertulia invitados al convite

con porte de gracia entusiasta,

sombreros plateados ovalados

y saludos en un jardín de abanicos.

Nudos de ahogar prietos, sin embargo,

descienden de quillas arqueadas,

pintadas de colores vivos,

atraviesan olas de brillo

y espumas vestidas de piel mojada.

Hilvanadas ramas de selva

abren espacios de oferta,

ofensiva, caramelos de lluvia fina

hacia calas, espejismo de recreo.

Banco de incautos atraídos

tras un reclamo engañoso

dan la vuelta, cogen un desvío,

la red acorrala, el cebo engancha.

El despertar en lonjas de subasta

con desmenuzados de hielo frío,

deriva de las guerras del hambre,

el grande al pequeño, el ágil al torpe

corderos al matadero.

Y en la plaza de mentideros,

espadas envainadas,

redes escondidas, venta, fiesta

y contorneo de gusanos verdes. 

Óleo de 60X60 y poema de

José Mª Fdez. Lozano (Arte conceptual)



QUÉ TENDRÁ LA LUNA

Siendo la misma,

la de andar entre desvanes, 

tejados del firmamento

al escondite juega,

a carcajadas ríe, se oculta, da la espalda.

Coqueta ella se pinta de rojo

con polvos de niebla húmeda

o abultada de papos, rubor de fresa

a estallar entre jambas de ramas

y dinteles nubes de ventanas.

A veces semblante serio pálido,

color hueso carcomido de sabuesos,

sin pareja, juego solitario, sola

a paso lento de mente ida

que rueda entre olas,

galleta mojada en la taza del horizonte.

¡Qué tendrá la luna!

Diosa cercana, inspiradora de amores,

de curiosos pensadores,

roto el esquema, el espejo

donde se mira el gato y estira el ajo.

Mariposa de ala blanca                           

con calados de paja

te canta el croar de la rana,

el juglar música profana,

el poeta rima de palabras,

dale cuerpo de una vez a esa cabeza

para ver si eres querida o amante,

de tertulia o de lecho,

un amigo para compartir 

o amiga para contar secretos.                                                  Óleo 60X60 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)


NACER DE UNA RAMA

De la sabia de una rama naciste

con raíces prendidas en suelo firme, 

dama con el tiempo, de vestido largo

enamorada en tu tiempo importante

para ti, tu época de atender y atenderte,

tiempo de semillas, flores a tu cargo,

regadas a tiempo con tu tiempo

y la fuerza de tus deseos.

Si la oportunidad de nacer

hubiera estado en otra rama

que con dudas se tambaleaba

por el capricho del viento y el momento,

conviene, es oportuno, podan los brotes,

te echan, escombro al hoyo y no naciste.

Cerraron tus ojos, te condenaron a tinieblas,

quitaron tu potencial de enamorarte,

no llevarás vestido largo y a tus flores

negaron la vida, lo que más vale.

Otras ramas, en otras familias

los niños juegan, disfrutan su edad,

comparten tus deseos desechados,

tus posibles amores, paseos en el parque,

abrazos al agua, robaron tu tiempo.

En los tristes días de luz y noches de sombra

pisaron tus yemas nacientes,

holladas, porque al pasar estorbaban,

poda a dedo, sentenciada a los vertidos del olvido,

tiempo sin amigos, jardinero

que suprime maleza embarazosa.

Tu sonrisa ovalada, abierta, brillo de estrellas,

no cuajará con tu mirada adelante

ni tu belleza se reflejará en un estanque

acompañada de posibles amantes.

Historia de sueños en el vientre,

calor de alas, que se comió la muerte,

prematuramente, eternamente,

crucificaron tu vida, cancelaron tu vuelo

sin preguntarte ni por un instante.

De tus restos secos aventados al viento

nadie se acordará, pasarán con el tiempo,

un corte de tijera a penas visto, ligero

y tú ya no cuentas, ni tu vestido largo

ni tu sonrisa abierta cuando tu corazón

en caliente, con esperanza de luz, aún latía.

!No hay que tocar los huevos¡ Se entecan.

Cuando la vida llame a la puerta

dejar que pase la cigüeña

y con un beso, que empiece su tiempo.


Escultura 40X40X120 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)


EN EL VALLE DEL ALHAMA (égloga)

Me enfurece la codicia

por derrotas ignoradas,

los bramadores cierzos,

las crecidas del Alhama;

las encintadas orillas

vestidas de campanillas,

el nogal desmesurado

de este valle afortunado,

tranquilo he disfrutado

los encantadores campos

del Alhama florecidos

por fragancias coronado.

 

Tú verde apacible calma

del Alhama entusiasmado,

más alegre que los prados

en primavera y verano;

de la plácida Inestrillas

que resonara en los labios

que revive entre mantillas

con mis inocentes cantos.

 

Estos valles solitarios

son verdaderos quebrantos,

y cuando mi larga sombra

peregrine con sus llantos,

será que estoy en mi barco

o tal vez abandonado,

o en los silenciosos astros,

o en los apacibles lagos.

 

Y en las tumbas quejumbrosas

de los pueblos más cercanos,

se evocarán muchas cosas

con desgarradores llantos

y frente a la triste tumba

en funerales cantos

dirá sollozando mi amor

aquí descansa Ricardo.

 

¡Mil veces fue venturoso!

¡otras tantas desdichado!

¡Mucho lo quisieron unos,

otros lo vilipendiaron!

|La perfidia fue constante

ceñida con otros abrazos!

                                       

                                                                      Ricardo Lalinde López

EL PUNTO DE VISTA


Diálogo de colores,

verde, violeta, naranja,

sensaciones de armonía

deleitan distinto el gusto.

Emotivo punto de vista

para miradas de ternura,

para ojeadas crudas,

o distraídas las pasantes.

Favorito, educado, conveniente.

¿Qué prima en cada instante

la costumbre, el arraigo,

la creencia, el adoctrinamiento?

Lo que pienso correcto,

la discusión está servida,

la conciencia justifica,

la conclusión según se mire.

Remuerde, enreda, revuelve,

lo dicho se cuece, hierve,

martillea la tapa de cazuela,

consecuente dolor de cabeza.

Curiosidad, el porqué del niño,

cómo se hace la pregunta,

encauza  la respuesta,

filosofía de andar por casa.

Los pensamientos en cascada

se evaporan, mojan,  salpican,

de posible a cierto, un cuento,

arriesgado casar el argumento.

Cada día amanece un reto,

la pelota bota, pierde, gana,

suspiro de corazón en la mano

mientras delante haya alguien

que con motivo o sin él

discrepe o siga la corriente

con suerte.                                                                                         José Mª F. Lozano

DE LA MANO

Como arco iris al cielo,

mi mano uno a la tuya,

fusionando vivencias

en este breve tiempo

arqueado espacio.

Todavía vela brillante

emites calor de llama

en el lago de tu cera fundida,

base disuelta que en mí conserva                        


viva tu memoria. 

Te deslizaste al asiento del suelo,

pluma suelta de pájaro en vuelo,

de todo a nada incomprensible,

mirada perdida en posibles

disipados arcos de nubes.

Tus cabellos traslúcidos,

paredes ante el azul celeste,

vestidos de opaco blanco,

se van de mi manos solas,

memorias que roba el viento.

Silencio en el entorno,

en el corazón luto amargo,

los pasos avanzan solos,

intercalan preguntas

de difícil respuesta.

En un amanece después

pervive presente la pena,

invierno solitario al raso,

sin hojas, sin ganas el árbol

mientras aguanta el alma

los tiempos de espera. 

                   Cuadro al óleo 60X60 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)






EL ALIENTO DE LA SUERTE

Soplaba alientos de boca

agitando entre las manos

unos bailarines dados

fortuna de parchís y oca.

Soplaba aullidos de lobo

y acercaba un amuleto

al despiadado poliedro    


en aquel juego azaroso.

Soplaba mas no ganaba,

disputan pares y nones

en tachados y borrones,

rebeldes sus seis caras.

Soplaba con más ahínco

con energía de entraña

apremia hoy, no mañana

hasta decantar un cinco.

Por fin aire de suerte

el cinco panza arriba,

inició raudo la partida

la vida gana a la muerte.

Soplaba y soplaba,

la suerte a veces engaña,

el abuso vil patraña

con tres seises a casa.                                  Cuadro al óleo 22X80 y poema de

                                          José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual) 

CADA CUAL A SU AIRE

La voluntad impulsiva

de arroyo veloz desciende,

enciende saltos de espuma,

alas en desmadre banales

que condicionan decisiones.

A su aire el fondo brusco

de piedra, desliz de volcanes

repele saberes nuevos

de aprendices advenedizos

y convivientes de paso.

A su aire la arenisca de fondo

agradable a pie descalzo,

resbaladiza repele

el agarre firme y peligra

el equilibrio en el suelo.

A su aire, a corriente

vertebradas colas de sirena

en su avance desplazan

a los lados estorbos

ajenos, extraños intrusos.

A su aire una hoja suelta,

nueva en el barrio desciende

sin grandes pretensiones

con voluntad de entrega

sobre la superficie del agua.

El viento dominante manipula,

la espuma salpica insultos,

la corriente a una y otra orilla    

se retuerce violenta, vapulea

el trato de paz deseado.

Con el devenir incierto

confunde el ritmo de paso,

giros, vueltas en redondo,

las puertas no responden

remachadas con clavos.

Obligada, mojada, rasgada,

la recogen arbustos de orilla

en su remanso de raíces,

caritativo bálsamo y descansa

junto a otras poses del destino

como si estuviese a su aire,

como si hubiese nacido

allí mismo

a su aire

        Cuadro al óleo 60X60 y poema de                                

       José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual


ESGARROS

Apocado intelecto,

el valer demasiado bajo,

la autoestima por los suelos

en lo profundo del sentimiento.

Alrededor brotan éxitos de moda,

pujanzas de número, pilares erguidos,

altivos éntasis de las columnatas griegas,

debajo bases donde los charcos hacen aguas. 

Cuarteado el tronco, venas de esponja,

de las grietas polvo de ceniza,    

las vestiduras dejan al desnudo

ropa amontonada en el suelo.

Desgarros del alma maltrecha

se asoman en tiras al vertedero,

al desprecio de alcantarillas

con desgaste de escalinatas

pisadas por la costumbre.

Los peldaños de subir al día,

pan, carpeta, herramienta,

encuentran eslabones rotos,

falsos descansos al precipicio,

cimas vacías de hierba.

Por el observador sensorial de claraboya

lágrimas de fregona menguante,

cabelleras escurridas mendigan

ocasiones superfluas perdidas.

Su tránsito de peaje peregrino

hace de cojín mullido el asiento

para el multiplicador de verbos,

don de gentes, exigente pulpo,

de manos rojas y bigotes largos.

Las sobras desparramadas en manos,

se escapan por estériles huecos,

ranuras entre mimbres de cesta,

sin solución, derroche y pena.

Desgarros del alma a las agujas        


del tiempo corto, la prisa exigente,

a la vez sube, baja, vete, ven,atiende

a medias, lo sabido hacer a enteras.

Hábitos, látigos, falacias falsas

presionan la cintura al ahogo

con cinturones rígidos de cuero

y hebillas al rojo, forjadas con rabia.

Mientras, entre tóxicas escenas,

de humo denso y desierto negro

el alma indecisa sale, entra, boca abierta,

en espera de que descampe la tormenta

y de la raíz emerja sabia con hojas nuevas.

                                                                                                        Lienzo al óleo 30X80 y poema de

                                            José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)

LA PLUMA DEL MAESTRO

En un tintero con tinta negra

diluida entre nebulosas ciegas

la pluma del maestro impregna      

su cálamo con futuras letras.

Las barbas del utensilio arriba

con sus cruzados ganchillos

enlazan la escritura con estilo,

como batutas rojas de esgrima.

Las escribe, criado obediente,

sobre un papel de color violeta

con olor intenso granulado fresa

apropiado al destino en suerte.

Como miel en labio el educado

absorbe gustoso la enseñanza,

celebra con saltos de danza,

sabios son maestro y enseñado.

                                                                                                             Cuadro al óleo 60X60 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (arte conceptual)










EL DESCENSO

Desde unas bocas con forma de copas,

humo de fuego salpican burbujas rojas,

mientras sus párpados rasgan vestiduras

vierten lágrimas encendidas por costuras,

y se asoman despacio, empuja la espalda,

al precipicio incauto de árboles y casas.

El descenso inicia lento por ladera,

salta al vacío de precipicio a ribera

silenciosa, papilla de bebé caliente

que por comisuras al babero vierte,

no importa si está limpio el parque

o recién  asfaltada y pulcra la calle.

El descenso arrasa, quema, desgarra

la ilusión de vida que puso el alma,

de racimos maduros sobre la mano

a caldo sucio escurrido de un trapo,

hervidero que chisporrotea chispas,

chirría el chisquero chillos de chicha.

El descenso en desbocada estela

atropella hierba, arbusto, maleza,

con pisada de elefante atemoriza,

su nariz de dragón humea ceniza,

se arrastra, reptil con boca abierta,

fauces de fuego que todo le entra.

El descenso como toda fruta caída

en la cabida de un hoyo termina

o si está cerca en el mar se hunde

y su andar de desprecio concluye,

se asustan atónitos, pobres peces,

un brasero en ascuas no quieren.

El descenso descansa rocoso, seco

cubierto con antifaz de polvo negro

oscuro porvenir, ceniza de horno

apagado, dentro quedan rescoldos

ocultos, íntimos, sangre de fuego,

borbotones  de corazón maltrecho.

El descenso, cuando  el desahogo

de empacho concluya su arrojo,

luto negro, lágrimas blancas,

las manos harán otra vez casas

hasta que otra fogata de mal genio 

con temblores propios de un ebrio,

ponga a cada persona en vela,

la Tierra hasta su piel es dueña,

el hombre como hormiga hogareña

hará familia, camino, vivienda,

mientras

esta borrica, danzarina, lo permita.

 

Cuadro al óleo 60X60 y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)


Día de la Madre

Galerías del alma 

El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre
Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos guía.

                                                       Antonio Machado


A DÓNDE ME ECHAN

Desde nubes convulsas, tiernas,

coloridas vibraciones al vacío

en parapente por espacios libres

se precipitan cascadas de vida

en jardines de arboleda verde,

desiertos despojados de arena,

acantilados resbaladizos de piedra.

¡A dónde me echan!

¡En dónde caigo!

Vicisitudes de cuadrante en el tiempo,

vuelo neutral de destino sin patria,

entre nimbos saturados de carga,

la lluvia elige su arroyo,

el pastor monte para el rebaño,

el labrador barbecho arado.

A la noche con venda en los ojos

tiempo prestado de latir sensaciones

con dolor suave de cabeza forzada

sigue un despertar alborotado

sorpresa de manos alzadas al cielo,

ojos en palco preferente de teatro,

sin testigos del acto representado.

¡A dónde me echan!

¡En dónde caigo!

Ondulada es la tierra con maná blanco

en picos de nieve junto a las alturas,

lisa en los arrozales húmedos, blandos,

acantonados en los llanos de costa,

entre picos y garras, ave de paso,

voy a la deriva donde me echen,

sin remedio al vientre que caiga.

Allá fértil, ricas las fachadas

de urbanizaciones con piscina,

allá pobre entre frágiles chabolas

sin asfalto, ni fuente a mano,

aterrizo al incógnito destino,

beduino errante a donde la suerte

acampe e instale para siempre.

¡A donde me echan!

¡En dónde caigo!

Cuando abra los ojos será tarde

sabré dónde me han echado

no valen lloros, ni llantos,

alegrías, disfrutes, fiestas,

donde caiga, caiga, es el sitio,

de ahí, época de encender fuego,

humo maleable, racha de viento,

ficha de ajedrez en movimiento,

donde desmonte esta vez de nuevo

será del amor mutuo deseo,

el lugar qué más da,  un habitante más.                                                      Cuadro y poema de

José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)

Bonito poema de "𝐊atty O'Meara" escrito durante la pandemia.

Cuando la tormenta pase,                               

y se amansen los caminos,

seremos sobrevivientes

de un naufragio colectivo.

        Con el corazón lloroso,

 y el destino bendecido,

nos sentiremos dichosos

tan sólo por estar vivos.

       Y le daremos un abrazo

al primer desconocido,

y alabaremos la suerte

de conservar un amigo.

    Y entonces recordaremos

todo aquello que perdimos,

y de una vez aprenderemos

todo lo que no aprendimos.

   Ya no tendremos envidia,

pues todos habrán sufrido,

ya no tendremos desidia,

seremos más compasivos.  

Valdrá más lo que es de todos

que lo jamás conseguido,

seremos más generosos

y mucho más comprometidos.                                 

      Entenderemos lo frágil

que significa estar vivos,

sudaremos empatía

por quien está y quien se ha ido.

      Extrañaremos al viejo pobre,

que pedía en el mercado,

del que no supimos su nombre,

y siempre estuvo a tu lado.

      Y quizás el viejo pobre,

era Dios disfrazado,

nunca preguntaste el nombre,

porque estabas apurado.                          

                             𝐊atty O'Meara



   A LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN (tiempos de pandemia)

 

                   ¡Oh! Madre de las luces...,

altísima luz de esta tierra

de cuyos rayos inmensos

participa un rayo apenas;

causa de todas las causas

Madre de sabiduría inmensa,

que en la gloria de ti misma

sin principio ni fin reinas.

¿Cómo siendo Tú Madre, entre madres la más buena,

y de amor y de ternura tu alma toda hallarse llena
no salvar a tu pueblo del microbio que ahora acecha?
Tú que eres Reina adorada, tu favor divino imploro,
sé que nunca quieres perder de Inestrillas su tesoro
el caudal inagotable de creencias y decoro...

 La flor de este entorno tan divino,

eres Tú, Madre, por la que vivimos;        

este año no hay fiesta ni encierros,

ni bailables ni día de dulces vinos; 

este año solo hay rezos y ruegos,

¡Duro es el sendero del destino!   

Pues la epidemia nos tiene presos

y la parca, acecha en el camino.

 

Por eso hoy para felicitarte

lo hacemos desde tu pueblo peregrino,

muchas veces, procedemos con buen tino,

pero hoy no es posible hacer este camino;

hoy somos reos de este duro destino                

y se apagaron los cantos y el buen trino.     

 

Madre, nos sentimos solos ante la epidemia

y te pedimos ayuda para tanta porfía.

No abandones a tus hijos Madre mía,

favor te pedimos en estos duros y tristes días…,

se con nosotros tolerante ante tanta tribulación,

ayúdanos a seguir siempre adelante.

Danos luz en este hermoso día de tu Santo

y en todos los que vengan…,

por los siglos de los siglos.

                                                                                                                    Ricardo Lalinde López 

Inestrillas, 8 de septiembre de 2020




A la Madre
¿Qué celebramos el día de la Madre?
¿Qué queremos hacerle este día?
¿solamente hoy necesita nuestro cariño?
Nuestro cariño, lo necesita todos los días.

Pero las madres son misteriosas
Se callan, lo sufren y se aguantan
El silencio, es su refugio, en él
Nunca el dolor, las quebranta.

El día de la Madre son todos los días
Todos los días, dale un abrazo a tu madre
Tú, su hijo, devuélvele un poco del cariño
Que ella  a ti, te dio como madre.

Un abrazo, un beso una flor

Ella, no necesita dinero
Solo quiere tu cariño
Vaya mezcla de amor.

Quiérela, cógela con tus brazos
Que tú, si tienes derecho
Para darle esos brazos
Que la fundan en tu pecho.

¿Qué valor tiene un beso?
No es lo mismo recibirlo que darlo
Dependerá de muchas cosas
Y cada cual, deberá valorarlo.

Todos los días, dale besos a tu Madre
Todos los días, porque da mucha ilusión
Te dirá con sonrisas, que canso eres
Pero estará contento su corazón.

Observa esa felicidad, que al transmitir esa sonrisa
Llena de bondad, que no espera más gratitud,
Que la de saberse correspondida con otra amplia sonrisa
En la cual, ella, vea que su cariño y su amor
No han caído en el vacío. Y aun que le duela el alma

No expresará su dolor, porque se sentirá bien pagada.     
 Querer a una madre es: La cosa más bonita que podemos hacer.
QUERAMOSLA.
 Aurelio del Rio García
Día 1 de mayo 2020

AL SANTO CRISTO DEL PERDÓN


Señor: yo, siempre fui hijo
de vuestra gloriosa madre,
de vuestra casa celestial,
de vuestra egregio linaje,
fui clamor al ronco viento,
tosca brocha al frágil lienzo,   
aquella con suave rumor
y este sin gala y sin don;

Yo, que con vivas lealtades
por motivos fraternales
accedí de siglo en siglo
a vuestros rancios anales,
último fui en llegar a vos;
y si acosado llegare,
la nobleza y el respeto

disimulé en lo cobarde.
¡Qué dolor tan abismal, qué apenada amargura!
No hallar en el camino una flor ni un cariño,
y sentirme al comenzar la jornada más dura,
con la razón de viejo y mi corazón de niño!

¡Que mi convencimiento haya sido vencido
por la empedernida animadversión del cielo!
Y el llanto de sentirme cobarde y abatido
en el desistimiento de nuestro noble anhelo.

Bienaventurados en realidad los que ignoran;
pues, si hay que reír, ríen, y si hay que llorar, lloran
con la precipitación de su santa ignorancia
y como si el alma fuera retornada a la infancia.

¡Solo anhelo ser siempre igual en dichas y males,

y vivir la melancolía de los días iguales!
Ricardo Lalinde López
Inestrillas, 1 de febrero de 2020

POEMA DE LA SOLEDAD
Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.
El tren y la mujer que llena el cielo,
tu soledad esquiva en los hoteles
y tu máscara pura de otro signo.
Es la niñez del mar y tu silencio
donde los sabios vidrios se quebraban,
es tu yerta ignorancia donde estuvo
mi torso limitado por el fuego.
Norma de amor te di, hombre de Apolo,
llanto con ruiseñor enajenado,

pero, pasto de ruina, te afilabas
para los breves sueños indecisos.
Pensamiento de enfrente, luz de ayer, 
índices y señales del acaso.
Tu cintura de arena sin sosiego
atiende sólo rastros que no escalan,
pero yo he de buscar por los rincones
tu alma tibia sin ti que no te entiende,
con el dolor de Apolo detenido
con que he roto la máscara que llevas.
Allí, león, allí, furia del cielo,
te dejaré pacer en mis mejillas;
allí, caballo azul de mi locura,
pulso de nebulosa y minutero,
he de buscar las piedras de alacranes
y los vestidos de tu madre niña,
llanto de media noche y paño roto
que quitó luna de la sien del muerto.
Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.
Alma extraña de mi hueco de venas,
te he de buscar pequeña y sin raíces,
¡Amor de siempre, amor, amor de nunca!
¡Oh, sí! Yo quiero. ¡,Amor, amor! Dejadme.
No me tapen la boca los que buscan
espigas de Saturno por la nieve
o castran animales por un cielo,
clínica y selva de la anatomía.
Amor, amor, amor. Niñez del mar.
Tu alma tibia sin ti que no te entiende.
Amor, amor, un vuelo de la corza
por el pecho sin fin de la blancura.
Y tu niñez, amor, y tu niñez.
El tren y la mujer que llena el cielo,
Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas.

Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.
Autor del poema: Federico García Lorca



AL SANTO CRISTO DEL PERDÓN

                Señor: yo, siempre fui hijo
                 de vuestra gloriosa madre,
                   de vuestra casa celestial,
de vuestra egregio linaje,
fui clamor al ronco viento,
tosca brocha al frágil lienzo,
aquella con suave rumor
y este sin gala y sin don;
Yo, que con vivas lealtades
por motivos fraternales
accedí de siglo en siglo
a vuestros rancios anales,
último fui en llegar a vos;
y si acosado llegare,
la nobleza y el respeto

disimulé en lo cobarde.

¡Qué dolor tan abismal, qué apenada amargura!
No hallar en el camino una flor ni un cariño,
y sentirme al comenzar la jornada más dura,
con la razón de viejo y mi corazón de niño!
¡Que mi convencimiento haya sido vencido
por la empedernida animadversión del cielo!
Y el llanto de sentirme cobarde y abatido
en el desistimiento de nuestro noble anhelo.
Bienaventurados en realidad los que ignoran;
pues, si hay que reír, ríen, y si hay que llorar, lloran
con la precipitación de su santa ignorancia
y como si el alma fuera retornada a la infancia.
¡Solo anhelo ser siempre igual en dichas y males,

y vivir sin la melancolía de los días iguales!

Ricardo Lalinde López

Inestrillas, 1 de febrero de 2020


AMANECER OPTIMISTA


Atrás memoria en deshechos,
aspa de tachar recuerdos
donde gotean agónicos ecos,
con trazos de espalda doblada,
anclada en torrentes secos.
Báculos inclinados de tiempo,
como hilos perdidos a la vista
atenúan ráfagas ruidosas de tambores
a roce de canicas lentas
con balbuceo sensual en lejanía.
De frente en cambio estallido de luz,
bocanada de aliento a la vida
lanzada, recta, expansiva,
peligrosa en espacios cortos.
Delante también tu piel lisa,
resbaladiza, curvada de manzana,
tu prenda interior de pijama
y tus semillas negras ovaladas.
Pinceladas alrededor rápidas,
abiertas en abanico efusivo
ensanchan puertas, caminos,
con mira telescópica al infinito.
Entre medio, en la línea del antes y después 

gesto de mano irreverente,
pies que aplastan cabezas cuadradas,
sombrero con cuerno de luna,
y bacón de alcoba con prendas íntimas
en la cuerda del tendedero.   
Delante y detrás peldaños de la vida.
Los ya andados
un libro escrito con letras de esfuerzo,
heridas y cuentas cerradas,
polvo de tapar huellas, maleza en la huerta,
tenue túnel de transitorio trazo.
Los del presente
desde el vértice ángulo abierto,
acordeón con música ascendente,
barco tendido a trapo tenso
hacia la flecha dorada del naciente
donde cada día nace,
donde cada día amanece
el optimista.                 

Óleo 60X60 y poema de
José Mª Fdez. Lozano 
                                      Poemas a los amigos

No puedo darte soluciones
para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuesta
para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte
y compartirlo contigo.
No puedo cambiar
tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites
estaré junto a ti,
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano
para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías.
tus triunfos y tus éxitos
no son míos.
pero disfruto sinceramente
cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones
que tomes en la vida.
me limito a apoyarte
 a estimularte
y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites
dentro de los cuales debes actuar,
Pero sí te ofrezco ese espacio
necesario para crecer
No puedo decirte quien eres
ni quien deberías ser.
Solamente puedo
amarte como eres
y ser tu amigo.
 En estos días pensé
 en mis amigos y amigas,
 No estabas arriba,
ni abajo ni en medio.
No encabezabas
ni concluías la lista.
No eras el número uno
ni el número final
Dormir  feliz.
Emanar vibraciones de amor.
Saber que estamos aquí  de paso.
Mejorar las relaciones.
Aprovechar
las oportunidades.
Escuchar al corazón.
Acreditar la vida.
Y tampoco tengo
la pretensión  de ser
el primero,  el segundo
o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.                                                          
Gracias por serlo.                                            J. L. Borges    

                                                              

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