DESVELO
Y FANTASÍA
La joven
lucha con el mozuelo
su
enamorado y gallardo anhelo,
sufriendo
a costa de su desvelo.
Desaparece
sin deterioro
en la
decencia y en el decoro,
y es como
una lis de nieve y oro.
Y entre
la niebla profunda y bruna,
yerra en
el verde huerto cual una
ilusión
hecha de efluvio y luna.
Y en la
estancia , y frente a un espejo,
y con
soberbia de áspero dejo,
cambia sus risas
por un reflejo.
Cierra
cerrojos, y se desnuda,
sube a la
cama con una duda
y
desvestida se abrasa y suda.
Y un mal
diablillo, tras corto ruego,
soplando
apaga el crecido fuego
y a la
oscuridad ruega sosiego.
Duerme
muy poco y llena de espantos
y es una
lumbre con sus encantos,
creando
historias llenas de encantos,
sueña que
duerme sujeta y sola
con un
manubrio que se enarbola,
¡y un
querubín llega y la viola! Ricardo
Lalinde López
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