Un socio del hogar ha mandado esta Poesia.
¡A INESTRILLAS VOY!
De Inestrillas vengo, suave suspiro,
cuando, por ligereza o decaimiento,
dejo el ansia de arrinconar el cuento
y dar a mi leyenda algún retiro.
A Inestrillas voy, que sólo quiero
aprovechar sus brisas un momento:
pausa de escape y entretenimiento
con la fugaz lejanía de un respiro.
Ni ciudad ni agobio, monte y hondura;
devota soledad, quietud que calma
o sosiega compañía sin ventura.
Templanzas ardientes y lisonjeras
al ser en filosófica mesura...
De allí vengo y allí voy, a Inestrillas.
Ricardo Lalinde López
Logroño, 12 de enero de 2016
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